El mensaje de Navidad del rey Felipe VI, emitido en 30 frecuencias de televisión, logró este predominio en un panel multimedia del 64,1%, y fue seguido por una media de 6.044.000 espectadores y una audiencia de más de millones de espectadores únicos. Pierde, según datos facilitados por Barlovento Comunicación y extraídos por Kantar Media, acogió aproximadamente 600.000 espectadores mediáticos durante el año pasado. Con estos datos, podemos ver lo segundo menos visto de la historia desde que comenzaron a ponderar las audiencias, en 1992.
El monarca llamó en su discurso para este 2023 a evitar que “el germen de la discordia” quisiera instalarse entre los españoles y en su mensaje navideño a que las instituciones del Estado se respeten “en el ejercicio de sus competencias”.
El descenso a la secuela de la discusión se explica en parte por la causa general del consumo televisivo en Nochebuena. El consumo total de televisión ascendió a 9,4 millones, aproximadamente 1 millón (-9%) respecto a 2022, indica el análisis de Barlovento.
Como viene siendo habitual, la principal frecuencia desde las palabras de Felipe VI ha sido La 1 de TVE, con una media de 2.129.000 millones de espectadores y una audiencia del 22,6%. Antena 3, con 1.308.000 espectadores y el 13,9% de los espectadores, se situó en segundo lugar en esta emisión multicanal, seguida de Telecinco, con 805.000 espectadores y el 8,5% de los espectadores. La Sexta reunió con una media de 423.000 espectadores y un 4,5% de share mientras que la Cuatro se reunió con 372.000 espectadores y un 3,9% de share compartir. Murcia, Castilla-La Mancha y Aragón son las comunidades autónomas donde más me han seguido, según su cuota de pantalla, mientras que Cataluña, País Vasco y Asturias son las comunidades autónomas que menos interés han mostrado por su parte.
La continuación del discurso de Felipe VI empezó a discutirse a partir de 2017, año del desafío independentista en Cataluña. Fue un récord absoluto en 2020. Fue el confinamiento por la crisis del coronavirus y la mayor polémica para el rey emérito Juan Carlos I, que abandonó España y que se vio obligado a discutir sus registros bancarios en países fiscales. Ha desaparecido de la audiencia el interés del público por saber si el monarca mencionó las polémicas relativas a su padre y sus palabras sobre la emergencia sanitaria. Desde entonces, la transmisión ha descendido de la forma Pauline en audiencia, coincidiendo con la adición de nuevas ventanas de transmisión alternativas a la televisión tradicional que ofrecen contenidos diferentes al mensaje navideño del Reino Unido.
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